sábado, 14 de mayo de 2011

5° Parte "UNA PENDIENTE SIN LIMITE"

Anteriormente terminaba con una exclamación con forma de grito, de alarido, de clamor profundo diciendo metafóricamente "QUIÉN ME TIRA UNA SOGA PARA SALIR DE ESTE POZO".
Al estar en ese pozo, profundo, oscuro, húmedo, nauseabundo e insoportable creyendo que nadie podrá verte y ayudarte a salir de allí, se comienza a buscar causas y culpables, el mundo vive en contra de la vida, en contra del bien estar, es insoportable vivir sin aludir el dolor que se ve por doquier.
Claramente el mundo que está fuera de este ser, se vuelve en contra, con su dedo acusador, con su dedo destructor y perseguidor. Sere culpable, sere victimario por ser víctima, seré el blanco de la hipocrecia social, pero nadie tira la soga.
Estoy solo, me siento solo, los amigos dejaron de serlo, ahora son amigos de ella, que los envolvió como a mi, los hipnotizó, y hasta los asfixió a algunos de ellos hasta la dura oscuridad eterna.
Solo interesa una cosa, solo interesa una idea, la de más consumo, más anestesia que callé la mente de estos pensamientos intolerables y dolorosos.
La calle es el único sitio para transitar, comienza la gira del vertigo, pero sin poder pensar demaciado, lo único que interesa es ella, la novia de todos, y que todos estamos dispuestos a hacer lo que sea por conseguirla, esa sustancia deseada.

No es fácil, evadir la ley, ya no se siente divertido nada, en absoluto, la imagen de uno mismo se distorsionó casi hasta una irrealidad pero que no deja de ser cierta y experiencial.

En cierta ocasión, por la noche, en un estado de desconcierto y alucinación, se presentó un lugar como contenedor para solo no continuar drogándose, pero un espacio reducido al temor, al aislamiento, un calabozo, con gente mayor, y que emanaban rabia y una intimidación terrible que me reducía interiormente, pero intentaba imponer fortaleza externamente.
Acusaciones de los funcionarios que me pedían datos, y nombres, amenazas que eran casi insostenible, pero el temor a lo peor de las venganzas más violentas, que era desde la calle, cerro mi boca logrando soportar aquella intimidación psicológica y por momentos física.

Se está CERRANDO EL SENDERO Y AL FINAL SOLO VEO UN PRECIPICIO.
"QUIÉN PODRÁ AYUDARME Y DETENER ESTE VIAJE"

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