lunes, 28 de marzo de 2011

3° Parte "UNA PENDIENTE SIN LÍMITE"

Increíblemente, dos opuestos se veían en las calles, aquel que era el deportista prometedor, de familia de buenas costumbres y trabajadora, un jovencito que el futuro le prometía buenos augurios y el opuesto, el violento, el dolorido y embriagado de odio y dolor, dominado por el temor, razones sobraban para que este joven experienciara un estado insoportable en su existencia, el miedo a un futuro desastroso que se le vislumbraba o que él mismo creía y sentía que se le avecinaba.
Sin duda una sensación de no saber que sucede, no comprender los cambios bruscos que se le presentaron, las perdidas insoportables y que se sentía incapaz de comprender semejante experiencia de desprotección y soledad, solo quedaba buscar un culpable, solo podía encontrar un responsable de su agudo dolor y los pensamientos tortuosos que día a día y noche a noche le quitaban la paz, y ese responsable y culpable que deliberadamente elegía colocar en el banquillo, era su Dios, por lo que aún su fe, se deslomaba, se caía volviéndose un varón sin fe, sin esperanza, sin futuro.


Las sustancias eran parte de los días, era un relación tan violenta como vertiginosa, una relación que solo uno salía afectado, y en la cual no había comunicación, sino que alguien buscaba en esa relación al principio una diversión, una relación amorosa o apasionada, hasta que paso a ser el ogro, el dominador, el controlador, y abusivo de un joven incontrolable y decapitado por el opuesto oscuro que se fortalecía y cada vez más se expresaba.


Quién pudiera enseñarle sin avergonzarlo, sin ridiculizarlo, sin humillarlo y traumarlo en su desarrollo sexual.
Pasaban cosas raras en su cuerpo, cambios inesperados, sensaciones excitantes y la ignorancia del cómo sobrellevarlo en un mundo tan descontrolado, tan desenfrenado y casi sin límites, las primeras experiencias llenas de temor, intentando colocarse en un rol de experiencia que no existía, es mejor aumentar la dosis y buscar en ellas (las sustancias) que lo desinhibirían. Romper con el temor, y la vergüenza de enfrentar el éxito o el fracaso de conquistar el sexo opuesto, que tanto pavor y con tanta amenaza lo paralizarían sin esa sustancia casi mágica.


Pasaron los años, ya era imposible en sus pensamientos creer vivir sin ella, creer poder recuperar un ser que quedó en el olvido, creer que esa personita pudiera resurgir, ahora ya era todo diferente, y pocas cosas se elegían, pocas cosas se podían pensar o recapacitar.
Solo una certeza y es que ella era parte de la vida y llevaba el control y el descontrol en sí misa, tal vez esto eran opuestos que complejamente se disputaban la vida y la existencia del joven y que no pertenecían a ella, la sustancia, sino a él bajo esa sustancia y en estados tan diferentes y esquisofrenicos.


CONTINUARAAA.........

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